Me encontraba trabajando en una tienda de departamentos y siempre me hacía problemas con los números. Es de imaginar que si trabajo como cajera cobrando y dando cambios tengo que dominar muy bien el inglés principalmente cuando se trata de precios y números. Pero me equivocaba el 15 (fifteen) por el 50 (fifty), y otras cifras más. Entonces tenía que concentrarme mucho y todos los días terminaba con dolor de cabeza. Hasta que un día me confundí realmente y no pude corregir mi error. Fui llamada por la dirección de la tienda y el caballero que me atendió me dijo lo siguiente: «Usted es una persona responsable y buena trabajadora pero tiene problemas con el inglés. Le voy a dar un plazo para que se ponga a estudiar seriamente y cuando venza ese plazo volveremos a hablar». Me gustaba mucho mi trabajo ya que también usaba las otras dos lenguas que hablaba pero el inglés era primordial. Me puse a estudiar seriamente sobretodo los números hasta que logré dominarlos. Y esto me hizo muy feliz, no solamente porque conservé mi puesto si no porque logré un aumento en mi sueldo.