Ya hacía algunos meses que había llegado a Estados Unidos y en ese momento me encontraba trabajando en la ciudad. Tenía que tomar un tren desde mi ciudad para ir a trabajar. Como no hablaba ni entendía bien el inglés, trataba de tomar siempre el tren expreso el cual me llevaba hasta cerca de mi trabajo. Un día no se que sucedió que el tren paró en otra estación para desde allí hacer transbordo y tomar otro tren hacia mi destino. Me encontraba ya en el andén esperando órdenes del altavoz cuando escuché algo (en inglés por supuesto), veía que las personas que habían estado en mi primer tren corrían escaleras arriba para atravesar el puente que las llevaría hacia el anunciado por el altavoz y yo… por detrás. Luego se escuchaba otra vez el altavoz y yo… por detrás de la multitud nuevamente corriendo y así al final pude tomar un tren que no me llevó a mi destino sino a otra estación completamente desconocida. Allí encontré una persona muy amable que hablaba español y me explicó cómo tenía que llegar al lugar que yo iba. Qué frustración! Llegué tarde, obvio, y después de explicar lo que había sucedido a mi jefa, ella me dijo algo que yo ya sabía pero que necesitaba escuchar para sentirme peor aún. Tenía que estudiar inglés, buscar un buen curso y ponerme a estudiar seriamente. Perder el miedo, no sentirme frustrada nuevamente debido a no hablar ni entender inglés, fue mi objetivo a partir de ese día.